Llegados a este punto es necesario introducir a la pieza fundamental de esta historia. Me estoy refiriendo a Safwan Sabagh, el sirio apodado "El Pollero" por regentar un asador de pollos en Valencia. Pero me encuentro con un pequeño problema cronológico a la hora de introducir a este personaje. ¿En qué momento de la VO se introduce en escena este personaje? Supongo que muchos dirían que cuando se encuentra el Skoda Fabia, ya que en este coche aparecieron anotaciones con sus números de teléfono. Quizás otros contesten que después de la explosión de Leganés, ya que en el desescombro se encontraron libros sobre el islam con sus huellas dactilares. Ambas respuestas son correctas, pero al mismo tiempo están equivocadas. Realmente Safwan Sabagh siempre estuvo allí, mucho antes de que ocurriese el 11-M. Pero su irrupción en la VO, aunque breve y discreta, es anterior a esos episodios. Y analizada conjuntamente con la información aportada en la serie sobre Lamari no carece de interés.
He relatado cómo el mismo 11 de marzo la policía interrogó a Jaouad El Bouzrouti en relación con un viaje a Valencia de Afalah y Lamari, cómo el 12 de marzo el inspector Parrilla fue comisionado a Parla para localizar a un marroquí, probablemente Mohamed Afalah. El 17 de marzo se solicitaba detención y registro del domicilio de los hermanos Chedadi y de Farid Oulad Ali, ambas solicitudes basadas en una supuesta relación con Allekema Lamari. Pues bien, el 23 de marzo se detuvo a dos argelinos y un sirio en Valencia por su relación con el GIA. La noticia se publicó en varios diarios, como El País o El Mundo, pero no se relacionó directamente con el 11-M y quedó en segundo plano. Aunque en las noticias sólo se facilitan las iniciales, algo que en general no ocurría en el caso de otros detenidos, no es difícil determinar que los argelinos eran Hocine Kedache y Abdelkrim Beghadali, mientras que el sirio era Safwan Sabagh. Los tres fueron puestos en libertad tres días más tarde sin que llegasen a pasar a disposición judicial. Aunque en las noticias no se diga, el único motivo lógico para estas detenciones es, una vez más, la relación de estas personas con Allekema Lamari. A los dos argelinos los relacionan con las detenciones de miembros del GIA en Valencia en 1997, las mismas en las que fue detenido Lamari. Pero es que además Hocine Kedache tuvo alojado en su casa a Lamari después de su salida de la cárcel. Y ya veremos que en ese mismo periodo Beghadali también estuvo en contacto con Lamari. Me resulta bastante curioso que siendo Lamari un prófugo al que la policía no consigue localizar, tenga tanta información sobre sus movimientos, aunque sea a posteriori. Pero hay más cosas curiosas. Tanto Beghadali con Sabagh fueron detenidos posteriormente al menos en dos ocasiones más en 2004. En un informe de las diligencias policiales (Pieza separada de Leganés, T. 7, f. 1.871 y ss.) de la última detención en agosto de 2004 aparece esta mención a las detenciones de marzo (f. 1.906):
Por lo que en el caso de esas detenciones de Valencia hay algunas cosas que resultan extrañas. Si la UCIE, a instancia del CNI según vimos en las primeras entradas, estaba siguiendo la pista de Lamari y deteniendo a algunas de las personas con las que se habría relacionado mientras estaba en busca y captura, ¿por qué es la BPI de Valencia la que se encarga de la detención? Entiendo que se delegase en la BPI la práctica de esas detenciones por una cuestión de optimización de recursos, aunque para la detención de agosto de 2004 hicieron desplazarse a Valencia al inspector Parrilla de la UCIE. Mucho más chocante me parece que la detención se realice en el marco de las Diligencias Previas del J.C.I. nº 2, cuyo titular es Ismael Moreno, sobre todo cuando se justifican las detenciones por su posible relación con el 11-M. El J.C.I. nº 2 era el juzgado de guardia en el momento de producirse las detenciones, en esas fechas se encargó de las detenciones de Almallah y la célula de Virgen del Coro, y por eso fue el encargado de abrir las diligencias previas, pero lo normal es que posteriormente se remitan al juzgado competente, en este caso el nº 6. No he sido capaz de encontrar en el sumario esas diligencias previas 96/04 del J.C.I. nº 2, a pesar de que en las diligencias previas 100/04 sobre la detención de la célula de Virgen del Coro, que sí se enviaron a Del Olmo, se mencionan las 96/04. Sólo he encontrado en una pieza separada las declaraciones de Beghadali y Sabag, pero no la de Hocine Kedache. Tampoco encuentro ningún tipo de documentación sobre los registros en los domicilios que según la prensa se realizaron. Una cuestión que podría tener cierto interés ¿Tiene algo que ver el hecho de que fuesen detenidos pero no pasasen a disposición judicial? No debería ser el motivo tal y como se puede comprobar en este extracto de un informe de la UCI (T. 160, f. 60.374).
Al margen del "extravío" de esas diligencias previas creo que he demostrado que, desde el primer día, existía una línea de investigación paralela a la oficial del 11-M, en torno a Allekema Lamari, de la que nadie ha explicado qué datos lo relacionaban con el 11-M. Lo único que se sabe es que se basan en informaciones de un genérico CNI. Pero todavía hay cosas más extrañas, pero para explicarlas es necesario dar un salto hacia el futuro y revisar esta noticia de Antonio Rubio de octubre de 2005 que no tiene desperdicio y aporta muchas claves.
«Tenéis que darnos 48 horas. No podéis detener a Sabagh Safwan hasta que hablemos con él. Es uno de nuestros hombres más importantes». Esta fue, más o menos, la conversación que se produjo entre el responsable del área Contraterrorismo-Islam del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y el jefe de la Unidad Central de Información Exterior (UCIE) de la Policía el 22 de marzo de 2004, 11 días después de los atentados del 11-M.
La Policía aceptó la petición del CNI a medias y, finalmente, otorgó un margen de 24 horas para que los agentes de los servicios secretos hablaran con su confidente, el sirio Sabagh Safwan, apodado El Pollero, antes de ser detenido por su relación con el comando Lavapiés, que actuó contra los trenes de la muerte.
El artículo permite interpretar algunas de las cosas que ya he contado y otras que relataré en próximas entradas. ¡Resulta que presuntamente Safwan Sabagh era un informador del CNI! Presuntamente, porque cuando declaró en el juicio del 11-M negó pertenecer a ningún servicio secreto. Volveremos más adelante sobre esa declaración. Lo que me llama poderosamente la atención es que, partiendo del supuesto de que la UCIE no tenía conocimiento sobre los movimientos de Lamari antes del 11-M, la información proporcionada por el genérico CNI acaba conduciendo, no a la detención de Lamari, sino a la detención del colaborador del CNI que informaba sobre Lamari. Y en este punto me planteo varias cuestiones. Si es cierto que Safwan Sabagh era un habitual de los círculos islamistas radicales, cosa por otra parte lógica en un colaborador del CNI, ¿es posible que la policía no tuviese noticia de él y que no sospechase, o tuviese la certeza, de su papel de informador? Parece improbable. Por lo tanto, ¿su detención es casual y es un efecto colateral de la búsqueda urgente de Lamari? O por el contrario, ¿es un intento de presión de la policía al CNI?¿Una disputa entre servicios de información? Hay una tercera posibilidad que nunca se puede descartar, la de una guerra interna entre sectores del CNI.
El artículo de Antonio Rubio no dice nada sobre esto, pero si lo que cuenta es cierto, o la policía informó al CNI sobre las personas a las que pensaba a detener, o alguien informó inmediatamente al CNI de que se iban a producir esas detenciones. Y aunque no es una prueba fehaciente de que tuviesen un conocimiento previo de la presunta actividad de Sabagh como confidente, no me imagino a la policía informando al CNI de todas las detenciones que pretenden realizar. En cambio no es descartable que alguien, bien de la propia policía, bien de la Audiencia Nacional, informase al CNI de las intenciones de la policía, aunque no sé si con la suficiente anticipación. Por lo tanto no puedo llegar a ninguna conclusión sobre si la policía conocía o no las actividades de Sabagh cuando decidió detenerlo.
Lo que sí podemos suponer es que esa reunión del CNI con Sabagh previa a su detención permitió a su controlador aconsejarle sobre lo que tenía que declarar. Y el resultado fue la siguiente declaración que permitió que fuese puesto en libertad sin cargos a los 3 días de su detención. La declaración de Beghadali se puede consultar aquí.
En próximas entradas veremos cómo evolucionan esas declaraciones en función de cómo se desarrollan los acontecimientos.